domingo, 11 de septiembre de 2016

Reseña: Agencia de detectives (Cool & Lam I)

Cuando Donald Lam entró en las oficinas de la señora Berta Cool en respuesta al anuncio, solicitando un ayudante, que había visto en el periódico, no tenía ni idea de cual era realmente la clase de ayuda que se refería. Pero cuando se ha tocado fondo y no se tiene suerte, no se es demasiado exigente con lo que viene. Así que, cuando es contratado en como un agente de la Agencia de Detectives Cool, pronto descubre que su primera tarea no es tan "cool" ni tan sencilla como se le hizo creer. Con una mente educada y calculadora y el respaldo de su jefe (tan tierna como un alambre de púas), Lam no escatimará en gastos para llegar al fondo del caso. Y aunque las cosas pueden parecer a tomar un giro cada vez peor, las apariencias pueden ser engañosas; Pues verán, Lam, formado en una escuela de derecho, conoce la táctica perfecta que puede hacer que todo salga bien.


Leí este libro hace un tiempo y la verdad había olvidado terminar su reseña, así es que considerando que estoy tratando de volver a tener una actitud responsable, la voy a finalizar para compartirla con ustedes.
Como sabrán, me gustan mucho las novelas policiacas básicamente porque al final, todo tiene una explicación. El mundo que presentan los libros está totalmente explicado: el trasfondo de los personajes si no se explica en un solo volumen lo hace a lo largo de la serie; los casos son resueltos por completo; las motivaciones de todos están explicados y al final, el mundo funciona de forma perfecta. Ese funcionamiento tan milimétrico de las novelas de policía me encanta, y sus antecesoras, las novelas de detective, son iguales en ese sentido.
Antes de entrar a hablar de lleno sobre la novela, una pequeña diferencia entre ambos tipos de novela. Para mi existe lo que son las Novelas Negras, que todas las que tratan el tema de ley vs crimen, lo que puede estar desde ambos lado de la moneda, tanto los policías/detectives como los criminales/asesinos. 
Ahora bien, cuando son policiales, obviamente son agentes de alguna organización que mantenga la ley los que la protagonizan: policía, servicios de investigación (FBI, CIA, MI6), cosas así; y las de detective son cuando quien investiga son detectives privados, lo que significa que ellos son básicamente civiles haciendo un trabajo para privados.
 Esto les da un rango de movimiento más amplio a lo que hacen, no tienen que ser tan correctos como un policía, y suelen bailar entre lo legal y lo ilegal la mayoría de las veces. Este género fue muy popular en USA hace varios años atrás, entre los 1920-1930, donde salían en publicaciones de revistas de papel barato conocidas como pulp. De allí esos detectives de películas en blanco y negro se comenzaron a asentar en la cultura norteamericana, y tenemos un millar de novelas y series que tienen detectives privados que sueles ser tipos duros, que siguen sus propias reglas y que tiene un éxito ligeramente sorprendente con las mujeres.
Son menos leídas ahora porque a diferencia de las novelas policiales, son menos verídicas, pero es básicamente porque están ambientadas unos 80 años atrás, así es que esa diferencia las hace a veces un poco más difíciles de leer, pero en lo personal como es super consistente todo con la lógica interna del libro, no me molesta.
La historia es bastante convencional: una agencia de detectives está buscando un nuevo empleado, pero lo interesante de todo esto, son sus personajes, son cualquier cosa menos convencional.
Bertha Cool es una viuda de unos 60 años con un olfato para el dinero que la hace implacable a la hora de elegir los casos de su agencia de detectives, y como necesita que su maquinita siga girando y llenándole los bolsillos, está buscando un nuevo empleado y por medio de un anuncio llega Donald Lam. Donald llega con mala suerte y sin un peso en sus bolsillos, recibido de abogado, nunca llego a ejercer realmente antes de ser expulsado de colegio de abogados por afirmar (e incitar) una forma de cometer un crimen y salirse con la suya, así es que si algo podemos decir de este hombre algo enclenque de 28 años, es que es muy listo.
Como era obvio, Bertha lo contrata y le asigna su primer caso a Donald: una mujer necesita encontrar a su marido para entregarle los papeles de divorcio, el cual se está escondiendo tanto de la policía como de unos mafiosos ya que los embauco con el dinero de unas máquinas tragaperras. Con esto el chico nuevo tiene que ir aprendiendo el negocio sobre la marcha, mientras avanza en una investigación que al comienzo parece sencilla pero que a medida que avanza se va torciendo de tal forma, que el final es gratamente sorpresivo. En las últimas páginas están totalmente impactada, ya que sabía los hechos que había dejado todo así, pero quería la explicación detallada de todo, y como toda buena novela antigua de detectives, la tenía.
Fuera de lo clásico que pueda ser todo, de verdad los personajes se salen de la línea. Primero que nada, la jefa es mujer, y no una mujer cualquiera. Bertha Cool no solo no tiene pelos en la lengua y pierde todos los escrúpulos en cuanto huele dinero, sino que es directa, vieja (consideren que tiene 60 años en una novela escrita en 1939), bastante gorda y descarada. Ella es básicamente “el jefe” clásico pero en versión mujer, lo que déjenme decirles, es algo poco común. Y por otro lado Lam no es el típico detective rudo con experiencia en la calle, en una pelea, las tiene todas de perder. Es delgado y no muy algo, menos de 1,70 si no me equivoco, además de tener cero habilidades callejeras, fue a la universidad y se recibió, por lo que bruto no es. Pero si cumple con el estándar de que es un hueso duro de roer, le pueden dar una paliza y él no va hablar, si bien calza con el modelo del detective clásico, es porque Donald es un cabezota, nada más.
Así es que esto dos protagonistas tan poco normales se lanzan a resolver su primer caso juntos, lo que se basa en Doland haciendo todo el trabajo sucio y Bertha… bueno, ella gana el dinero.
Me gusto mucho la combinación la verdad, y me gusto que el protagonista no fuese el típico hombre guapo, rudo, que ya nada lo sorprende porque lo ha visto todo, aquí Lam es un pillo, su cabeza y su lengua hacen todo su trabajo porque se tuvo que adaptar a no ser el hombre más grande en la sala. Su éxito con las mujeres es menor a la cuota usual, ya que no es James Bond, pero si tiene a su chica, todos los detectives antiguos siempre la tienen.
Algo que me llamó la atención es el valor del dinero en esa época. Cuando al comienzo hablan del sueldo de Donald, lo que está destinado a comer, movilizarse y extras, es nada, creo que hablaban de centavos. Entonces era muy gracioso ver que con un dólar nuestro detective novato era Gardel, y hoy con un dólar creo que no nos tomamos ni un helado.
El libro tiene la gracia que el autor, A. A. Fair, es el seudónimo de un autor de novelas negras mega conocido que tiene un montón de sagas, Erle Stanley Gardner. Por ejemplo esta saga, Cool & Lam tiene 29 libros; la de Perry Manson uno de sus trabajos más conocidos, son 82 novelas, y eso es solo por ponerles un ejemplo de la cantidad de material que escribía el autor.
La recomendación va para quienes quiera ver un poco hacia el pasado de las novelas negras, es bastante breve y nos abre las puerta a una serie bastante extensa, pero que como todos los libros de este tipo, no hay grandes problema si es que se leen desordenadas o se saltan algunos volúmenes. El ritmo es bueno y es bastante entretenida.
Pueden encontrar casi todos los libros en epublibres.


Espero que les haya gustado, saludos!

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